Paraguay |
(23.2.2010) La Hna. Regina Sian, de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, fue reconocida en una Cena de Honor de la Universidad Americana entre los “Líderes del Paraguay 2009”. El reconocimiento fue entregado a diez personas de diversos sectores de la vida social paraguaya que se distinguieron por su labor de liderazgo positivo y por su espíritu de empresa. Así, junto al empresario, el político, el erudito, la artista y el campeón deportivo, la religiosa orionita ha recibido esta declaración significativa, votada en el primer puesto para el “Liderazgo de la mujer”.
La Hna. Regina, de 77 años, fundó en Paraguay una red de iniciativas para la recuperación física, psicológica y espiritual de personas que sufren el alcoholismo. Nació en la provincia de Formosa, en Argentina. A los 22 años entró en la Congregación y fue destinada a trabajar en un seminario en Navarra (España). A su regresó se contactó con el Consejo Argentino de Alcoholismo. De esto hace más de 50 años. Ella es promotora de la formación de grupos de Alcohólicos Anónimos en Argentina, Bolivia, Perú, Chile, Uruguay y Paraguay. Con el dinero que recibe en concepto de jubilación abrió un centro de rehabilitación para mujeres con alcoholismo. En una entrevista con el diario ABC, manifestó que "el problema del alcoholismo femenino ha sido complicado por el hecho de que las mujeres bebedoras están a menudo 'ocultas', generalmente en proceso de separación o divorcio; deben enfrentar no solamente el alcoholismo, sino también la soledad, la separación, el alejamiento familiar y muchos otros problemas emocionales". “Por eso habilité un albergue para mujeres alcohólicas. Porque su enfermedad tiene varias aristas para poder llegar a estar sobrias y felices”, resaltó la religiosa.
Al recibir el premio, agradeció a las autoridades de la Universidad Americana y aseguró que “el premio no es personal”, por lo que recibió el reconocimiento“en nombre de todos los grupos que se han formado en el país para ayudar a todos estos enfermos del alma y del cuerpo, y con la ayuda de Dios se ha podido hacerles llegar el conocimiento de que la adicción es una enfermedad física, psíquica, espiritual y emocional”. También aprovechó para dar un mensaje a los jóvenes de su país y a todos en general, porque “para todos la vida tiene un fin, que es vivir con alegría, con entrega, con el estudio; traten de gozar de su juventud, digan un rotundo no a las drogas, al alcohol, a la vida fácil; pero siempre digan sí a una vida de rectitud, de honestidad, seriedad y de santidad”, exhortó. Al retirarse, resaltó que ella no podría haber hecho nada en soledad. “Este premio es para toda la comunidad que, humilde y obedientemente, ha cambiado su forma de vida”, destacó. |
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